Contratiempos
La vida está llena de contratiempos. No todo es agradable, ni de color rosa. Porque de ti depende el color del cristal con el que mires tu vida. Tu felicidad depende de ti, depende de tu mirada para con los demás, de tus actuaciones. Cuando uno sale de sí mismo, ve el mundo y el mundo ha sido creado para la felicidad del hombre... Sal de donde estés, sal de ese mundo paralelo en el que estás, únete a la vida del sacrificio por los demás, te prometo que serás feliz.
Si, es cierto, existen los días oscuros, sombríos, pésimos... Pero también los hay luminosos, agradables y llenos de positivismo, y es en estos en los que debemos dejar que los demás se apoyen en nosotros. Y en esos días peores debemos luchar para que una vez más salga el sol, en los que una vez más debemos luchar para que no nos cueste el respirar por la pesadumbre de esas horas sin fruto.
Debemos seguir adelante con lo que hay, con las circunstancias que nos rodean. Lo que hay es lo que toca, pero depende de ti el llevarlo de una manera o de otra. Tú eres libre de elegir, pero muchas veces elegimos la opción que peor se adecua a la realidad, elegimos lo que es más fácil, porque, ¿para qué esforzarnos?
Cristina M. Lobo
10/2006
Tenía 16 años cuando escribí esto, encontre en el escribir una vía de escape. Por aquel entonces no sabía ni lo que era un blog. Mi espacio más seguro eran unas escaleras de piedra que había cerca de la casa donde vivía en aquella época, un cuaderno y un boli (importante que fuese bic), cuando no podía más bajaba a la calle, me sentaba en esas escaleras me encendía un cigarro y escribía, sintiendo que de alguna manera alguien me leía en otra dimensión y eso me daba fuerzas.
En la frase "únete a la vida del sacrificio por los demás" se ve reflejada la educación tan católica que me estaba atravesando. El texto en general denota una necesidad de ser feliz, de querer proponermelo, de ser feliz a través de los demás y de un conformismo aplastante "debemos seguir adelante con lo que hay". De alguna manera sabía que solo me podía conformar con lo que estaba viviendo, porque no era dueño de mi vida, ni de mi realidad... me sentía encerrado literalmente en una vida que no había elegido.
